Una vez que el proceso se interioriza y se normaliza, ciertos proveedores o procesos pueden no requerir validación constante de tal forma que podamos agilizar proyectos. Pero todo esto requiere cierta incorporación del flujo de aprobación en el trabajo diario. Es decir, implantar un Brand Guardian requiere vencer muchas resistencias internas de muchas personas y equipos que podrían estar acostumbrados a desarrollar sus propias creatividades sin contar con más autorización que su propio criterio.
Este cambio de mentalidad, no es fácil y requiere un grado de madurez que en algunas empresas puede requerir gestionar un cambio cultural. Esta gestión del cambio requiere hacer partícipe a todos los equipos y empatizar con todas las personas que puedan ver su cuota de autonomía reducida por este nuevo modelo de gestión.
Para que el proceso sea constructivo y la revisión sea en positivo debemos:
- Facilitar al máximo ejemplos, plantillas y materiales. No podemos exigir si no damos los recursos necesarios para desempeñar la función.
- Ser ágiles y positivos en los comentarios. No podemos dilatar la aprobación ni ser negativos. Debemos generar comentarios en positivo y fomentando la excelencia.
- Premiar y recompensar las mejores prácticas.
- Generar galerías de recursos en base a los proyectos desarrollados por los usuarios de la herramienta.
- Publicar las mejores prácticas, casos de éxito, que puedan ser inspiradores para todos los colaboradores.
Si tu marca te importa, un Brand Guardian es necesario
En este artículo no te queremos convencer de la importancia de una marca. Entendemos que a estas alturas todos compartimos que una buena marca es un elemento vital de toda empresa. Defender sus valores, misión, visión, grupos de interés, productos y servicios… es esencial para que una empresa sobreviva.
Los principales problemas que puede tener una marca vienen derivados de una gestión deficiente de estos elementos y de una distorsión de estos elementos por no centralizar la gestión. Equipos que desarrollan la marca en base a necesidades puntuales operativas, desarrollos oportunistas de la marca que rompen una visión a largo plazo… muchos elementos hacen que poco a poco la marca se vaya distorsionando y acabemos con una marca que no reconocemos.
Un gestor de Brand Guardian nos permite crear una cultura donde existe un repositorio centralizado de elementos y se comparte una cultura y visión. Por otro lado, desarrollamos una cultura cooperativa donde se trabaja en equipo y online.
Esta cultura donde el trabajo se comparte y se mejora en equipo es un cambio cultural importante para muchas empresas acostumbradas a trabajar en silos donde cada unidad de negocio desarrolla sus propios elementos de forma aislada.
Un cambio cultural para mejorar el desarrollo de la empresa y que permita crear una mejor cultura interna. Más abierta, más colaborativa y más participativa.