Si preguntásemos a los responsables de marca o marketing cuál es su principal preocupación en lo referente a la gestión de la marca, seguramente nos responderían que asegurar el uso correcto de la marca por parte de todos su colaboradores, internos y externos. Seguramente tendrán otras inquietudes, como lograr y mantener la notoriedad de marca. Pero el uso correcto de la marca es más importante que la notoriedad “per se”. Si al final el mensaje no es unívoco, sino disperso, no estaremos construyendo marca.
Una pequeña encuesta entre profesionales arrojó como resultado que, efectivamente, el uso correcto de la marca es lo que más preocupa. Quizás con un matiz. “Asegurar el uso correcto” lleva implícito otro aspecto importante como es el control sobre lo que se hace a nivel de implementación.
Y es que, efectivamente, asegurar una correcta implementación de la marca en todos los soportes y puntos de contacto que hemos establecidos con nuestros clientes es clave para emitir un discurso de marca coherente y consistente con nuestra estrategia de marca.
¿Cómo lograr una implementación perfecta del uso de la marca?
Para lograrlo, en primer lugar es necesario haber hecho esa reflexión previa para definir qué es lo verdaderamente relevante y distintivo de nuestro producto o servicio para nuestros públicos. Porque la respuesta a esta pregunta será la base sobre la que construir nuestra idea de marca y nuestra proposición de valor.
Posteriormente deberemos definir y diseñar todos aquellos recursos de identidad de marca (verbales y visuales) que nos permitirán expresar con claridad nuestra propuesta al mercado. Aquí entran en juego muchos profesionales como consultores, namers, diseñadores, comunicadores, copys, interioristas, etc. Que deberán trabajar de forma unívoca para desarrollar ese concepto de marca previamente definido.
Y para asegurar un uso correcto de la marca y todos sus recursos será necesario contar con las herramientas adecuadas. En muchas ocasiones, la multitud de colaboradores que intervienen en su desarrollo, la dispersión geográfica de los mismos, la capilaridad de nuestra marca (oficinas, tiendas, soportes de marca en definitiva) suponen una dificultad añadida para el objetivo principal de asegurar un uso e implantación correcta de la marca.
Y precisamente este es el objetivo principal de las herramientas de gestión de marca como el BrandCenter. Compartir todos los recursos de marca con todos nuestros colaboradores, internos y externos. Que dichos recursos estén permanentemente actualizados para evitar usos incorrectos de la marca. Y lo más importante, que dicho recursos estén ordenados y accesibles, a disposición de todos los usuarios que tienen la responsabilidad compartida de construir la marca.
Comentaba una responsable de marca de una importante compañía energética que su principal función, su principal pain, es dotar de los recursos y herramientas de marca necesarios a todos los colaboradores. Ello redunda en crear cultura de marca en la empresa. Eso, a su vez, es garantía de que se cometerán menos errores en la implementación de la marca.
Y es que ya se sabe; menos errores = más eficiencia = ahorro de costes.
